Caterina Cornaro, la última reina de Chipre.

Retrato de Caterina Cornaro por
Gentile Bellini.

Nacida en Venecia en 1454, Caterina era hija de Marco Cornaro. Los Cornaro fueron una importante familia veneciana (cuatro dogos pertenecieron a esta familia) con relaciones comerciales con Chipre. Su madre, Fiorenza Crispo, era hija del señor de Syros (en las islas Cícladas).

A los 14 años de edad fue desposada con Jacobo "el Bastardo" o Jacobo II de Chipre. ¿Quién era este rey? Era hijo ilegítimo de Juan II de Antioquía-Lusignan y Marietta de Patras. A su muerte en 1458 le sucedió en el trono su única hija legítima, Carlota.

En 1460 Jacobo reclamó su derecho sucesorio y con el apoyo del sultán mameluco sitió a su hermanastra. En 1463 Carlota huyó a Roma y Jacobo fue coronado rey. En julio de 1468 contrae matrimonio por poderes con Caterina y el enlace en persona se produce en Famagusta en 1472.

Pero en 1473, tan sólo un año después de la boda, Jacobo muere repentinamente en extrañas circunstancias. Los rumores comienzan a extenderse y se acusa a los venecianos de estar detrás del asunto, en concreto a Andrea Cornaro, tío de la reina y consejero del monarca.

En mitad de este clima de tensión y acusaciones, Caterina es nombrada regente, pues estaba embarazada. En 1474 nace un varón, Jacobo III, pero el pequeño fallece prematuro apenas cumplido un año de edad. Las conspiraciones extranjeras por el control de la isla estallan.

Matrimonio entre Caterina Cornaro y Jacobo II
de Chipre. En el centro, Jacobo III.

Se sospecha de la antigua reina, Carlota de Lusignan. También del rey de Nápoles, Fernando I. De los agentes venecianos, de los mamelucos... hay ataques, secuestros y matanzas. Y en mitad de todo esto está una mujer, extranjera y consorte que logra mantener el poder.

En 1487 fallece la depuesta Carlota, pero esto no mejora la situación. El sultán de Egipto junto con napolitanos y venecianos siguen presionando a Caterina. Finalmente, en 1489, la reina cede a las presiones venecianas y a su dogo Agostino Barbarigo.

En marzo abdica y cede la corona de Chipre a la Serenísima. Caterina abandona la isla para refugiarse en Venecia. Allí es nombrada señora de Asolo, en Treviso, «la ciudad de los cien horizontes», y conservará el título de reina de Chipre hasta su muerte en 1510.

Durante su retiro en Asolo la desdichada reina sería feliz como no lo fue durante su reinado. En su despedida recibiría el tratamiento de monarca, con todas las distinciones.

Su figura no caería en el olvido, así inspiraría una ópera de Fromental Halévy, «La Reine de Chypre». Y otra de Gaetano Donizetti, «Caterina Cornaro».